Luces de la ciudad
La belleza de la naturalidad del movimiento y de la luz es casi imperceptible para los ojos de las personas que van y vienen en su desenfrenado ajetreo cotidiano, sin darle importancia a su entorno o a su propia existencia, dan por sentado su forma de caminar, su trajín y ajetreos cotidianos, sus deseos personales e individuales de trasladarse a otro lugar, de llegar a sus diferentes destinos, de correr para llegar a algún lugar, día y noche, tan monótono, tan simple, tan cotidiano que se pierde a la simple mirada de las personas.
El mundo actual, la escasez, la necesidad, la delincuencia, los peligros, la falta de oportunidades, el hambre, el ajetreo y tantos otros miles de factores, hacen que en la vida diaria se pierda la magia de cada momento, de la belleza que existe a nuestro alrededor, del juego de la naturalidad de cada movimiento, de las luces y de las sombras.
Los niños, con su natural sentido de alerta, van descubriendo el mundo de las imágenes, los colores y las formas, pero cuando descubren la sombra quedan maravillados al ver que su sombra jamás los abandona, que cambia de posición, no alcanzan a comprender la razón, solo saben que los persigue, que juega con ellos y que tratar de alcanzarla puede darles muchas horas de alegría.
La belleza de la naturalidad del movimiento y de la luz en la vida nocturna, es más notoria, sin embargo parece que la velocidad de la ciudad, la rapidez con que se llega y se va, aleja a las personas de percibir ese entorno y maravillarse una vez más de todo a su alrededor, como cuando eran pequeños.
En las imágenes captadas con una cámara detener el movimiento en ese instante, sin embargo, la técnica de barrido, genera la idea de movimiento, de continuación y de seguir las imágenes con alguna secuencia, permiten disfrutar las texturas.
En una ciudad con tanto movimiento de personas, autos y otros medios de transporte, la noche permite que se aprecian aún mejor las texturas, las luces, las sombras y el movimiento mismo.
El movimiento, las luces y sombras que siempre acompañan a los cuerpos con luz y siguen su mismo destino, pasan inadvertidos, pero en estas imágenes, se pretende hacer visible lo que para muchos es “Imperceptible”.